Andrés Cuadrado trabaja en el ministerio de Hacienda como funcionario muy estricto, se considera una persona (como Dios manda) que piensa que todo funciona mediante un orden natural, inamovible y jerárquico. Tras su fuerte enfrentamiento con su compañera de trabajo es sancionado y trasladado al ministerio de igualdad, donde ahí todo es nuevo para el. Allí tendrá que aprender a ponerse al día y adaptarse a ese nuevo orden de las cosas, no le quedara remedio que reinventarse para poder seguir adelante con ganas y humor.
Como Dios manda
Como Dios Manda: Andrés, un funcionario estricto, es trasladado al Ministerio de Igualdad tras un enfrentamiento, desafiando su visión del orden.